Has
un día has
lo sospechas mientras
te secás entre los dedos
y al llegar al último espacio interdactilar
¡zas!
¡has!
no sabes desde cuando
por lo menos desde que
te levantaste,
te despertaste,
tal vez despues de apagar el despertador
y aunque ya has
esto, no te trae tranquilidad alguna
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