martes, 26 de agosto de 2008

El caos es arquitecto de las obras más monumentales. Reclama también su parte en todo emprendimiento magno del hombre. Donde se aspire a grande, se aspira caos. Por más que el caos no sea más que la incalculabilidad de las posibilidades, nos abruma, nos ahoga, nos inunda. Dado que en un pueblo se te caiga un valde que 9 de 10 veces mojará la tierra, mientras que en la ciudad puede mojar a un transeunte que se indigna, una bicicleta lo esquiva y sale para la calle donde un auto frena abruptamente, etc. Pero también puede caer sobre un policia, un bebé, una prostituta, un subte, etc. Cuanto más grande más posibilidades que acontecen entre mas etceteras. Más personas se reunen pero también más personas se desencuentran. Por eso donde habita el caos, está también la realidad. Más personas mueren y más se salvan. Todo es y nunca más. Por eso en cada viaje hay que evitar mirar por la ventana, no vaya a ser cosa de que se enamore de una transeunte de vestido que es, pero daría igual si fuese una pelicula porque ya nunca más.

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