martes, 25 de septiembre de 2007

Empecé a escribir por no tener capacidad para el olvido, por no poder olvidar fui juez, parte y testigo. Fui pintor, dibujante. Para no vengarme sublimino. Fui socorrista, bombero, mano santa, hablé con los dioses, jugué con los niños, firmé la paz con los gatos, hice deivery de cigarrillos, gané un concurso de bebidas y luego el de vómitos, tuve asco de mi mismo, piedad, risa, estuve a punto de bautizarme pero me espantó la misa. Fui andador de colectivos, acompañante terapéutico de idiotas, fui buen amigo, mal amante, mentiroso, déspota. Fui liberal, conservador, protesté por derechos de mujer, puse un puesto para poner, puse una trampa para ombligos, fui confesor, fui confundido, me parecí a un amigo de un amigo. Fui sabio, consejero, fui estúpido, idiota, no rompás las pelotas, callate querido. Fui quiromántico, romántico, escéptico. Creí en un dios, en un millón, en la muerte y al final me quede con la vida. Fui escalador, soldado, cavador, ascensorista. Fui profesor, alumno, equilibrista. Nunca recordé una cita, a veces se lo que quiero, cada vez que me muero me es imposible olvidar con todos los recuerdos de resucitar.

2 comentarios:

CRONOPIA dijo...

Estás muy muy inspiradado.
Bien de amores o todo lo contrario?

Qué pasa con esa angustia que te pone verborrágico?

CRONOPIA dijo...

En qué anda, chiquilín?