-¿Qué querrá este niño? - Preguntó Chiflafostro
-¡Mate! - Contestó Pascual
- Mate... - Dijo pensativo Chiflafostro y se lo sacó al pensativo Holover y se lo enchufó al bebé, quien rosó la bombilla y subió tres tonos su chirrido.
- ¿Ta amargo? - preguntó Pascual a Holover.
- Se quemó - Contestó toscamente Holiver.
- ¿Qué mierda quiere? - Dijo sacado Chiflafostro
- No sabe
- ¡Ah! y llora porque sí
- No, necesita algo pero no sabe que - lacanizó Holiver
- Eso es muy conveniente, nosotros no sabemos, no él. - Sentenció Chiflafostro
-No proyectes - Psicoanalizó Pascual
- Dale la mamadera, el sonajero y poné el partido - Entrecejó Holover
- Ah mirá vos, ahora pasó de no saber lo que quiere a ser hincha de Olimpo o San Lorenzo
- El partido es para mí que no soporto más el griterío
- Si vos no estás llorando, priorisemos
La cosa es que después de tomar la mamadera y comer un pedazo "chico" según Chiflafostro de fresco y batata, que había sacado Pascual porque el mate estaba caliente y el partido aburrido, quedó mirando la pantalla. Miró dos ataques de Olimpo y cinco de San Lorenzo sacudiendo el sonajero en los ataques de Olimpo, tal vez porque era el único momento en que a Holover se le escapaba un tono de esperanza o tal vez era de Olimpo. En el entretiempo se durmió y se lo llevaron al cuarto.
- ¿Seguirá dormido? - Preguntó Chiflafostro después de que cobraran un tiro libre peligroso para San Lorenzo
- Con el ruido que hace la puerta seguro que lo despertás - Calculó Pascual mientras Chiflafostro miraba concentrado hacia el cuarto
- En un 50% si - Dijo Holover
- No seas payaso. Si estuviese despierto haría algún ruido, se aburre rápido
- Adiós a la física cuántica
- Qué te hace' el letrado si eso es de un documental que vimos el otro día
- A ver si los cientistas resuelven como hacer
- Salí al patio y mirá por la ventana