La comprensión de una realidad que no es posible percibir mediante los sentidos comunes, que no es mensurable pero sí será racionalizada luego para que ésto tengo implicancias sensoriales, racionales y materiales.
Una realidad que no puede ser analizada, porque esto es estructurarla según las viejas instituciones que modelan un ser humano a su medida pero que sí hacen análisis en base a ellas de donde se deduce una moral.
Un falso nuevo discurso que repitiendo las más viejas técnicas de propaganda hace creer que los valores perseguidos pueden ser conquistados por el ser en sí mismo, por más que hablan de todos los seres.
Una censura basada en dar veracidad a los discursos cerrados por sobre la historia de los hombres como seres culturales y humanos.
Así se predica contra la culpa mientras se la inculca, se oculta el miedo mediante el pedido de no acción y se aminora la muerte con promesas de vidas futuras o aisladas.
El viejo truco de enseñar lo inmensurable bajo una visión antropomorfa pero con una oculta sabiduría divina.
Entonces mi mente se cierra ante las promesas de paraísos celestiales y se mantiene en la tierra, para la tierra. Rechazo la creencia que todo es uno, esa idea arcaica de toda religión, prefiero creen en que todo es muchos, muchísimos, vivos, muy vivos y que toda la vida que me rodea es muchísimo más importante que gigantescas bolas de materia muerta dando vueltas al rededor de una estrella.
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