viernes, 13 de mayo de 2011

Para allá

Esas horas que nos animamos a dudar rejuvenecieron al mundo apasionadamente; y no solo al mundo. ¿No que el corazón latía? ¿O no que el aire llegaba a los bronquiolos?
Sí, todo terminado, el medio te palmea la espalda con un puñal y la almohada amordazada; ahora todo es lo correcto. El tiempo avanza lineal, continuo y el mundo envejece, hacemos otras cosas, vuelta al camino de la salvación a costa del cuerpo y todas, todas las ideas que se desprenden del amor.

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