No lo vio porque el progreso aún, aunque sí, le había sacado la lengua y hablo de amputaciones.
Hablo de los tres carajos relacionantes entre el arte y el consumo. La nula intersección entre el círculo hermenéutico de la cultura y el círculo cerrado del consumo. Un pollo al horno no es arte. Inexplicablemente de la empatía con el pulpo se tira contra los pollos.
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