Mi airecito fresco, mi mate de mañana, vos, tan pileta de verano, tan viento con bufanda. Saber que vendrás en tormenta, en lluvia que no espera nada, a contarme los bostezos con tus pestañas. Un día, algún día los besos de helado, las pieles de café y los campos de tu cuerpo. El día que los universos comunes se quiebren para encontrarnos, para nacer en tus manos, para que no sea la capacidad descriptiva el límite de lo que somos.
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