Abrió sus alas
y me convenció
yo que desconfiaba
de su pico
su raro vuelo hermoso
en círculos
me encerraba
luego desaparecía
A veces pasaban meses
a veces días
yo miraba el cielo
claro y vacío
Volvía siempre de noche
y se acostaba en silencio
siempre no
ayer volvió al atardecer
el rojo sol rasguñaba su contorno
y vi que no era el ave que creía
apunté y disparé
donde creí que estaba su corazón
no quise mirar
siquiera tambaleó.
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