jueves, 24 de abril de 2008

Ingresó mal la página.

Un río de oscuras laminas ejecuta sus profundidades, las divorcia de cordones umbilicales como ojos, separando peces de pestañas.



Socarronamente ríe un estropajo bien arropado de la mina que subyase una montaña, la montaña no lo aplasta de pura buena, porque sino no sería montaña.



Los accidentes de auto son la segunda casual de muerte y todos se indignan muchísimo sus humanidades. En cambio, los accidentes geográficos son causantes de miles de fotos una sola vez vistas por la familia o de espantosas postales que hasta algunas personas tienen el descaro de mandar.

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