martes, 11 de noviembre de 2008

Kamikaze

Que alguien que va en busca de su muerte no se sorprenda de la crueldad de la ejecución no es cosa nueva, el estúpido dubitativo sólo puede sorprenderse y realmente lo que lo sorprende es su muerte, la estupidez del orgullo llegada a eso.
Iba en misión kamikaze ¿qué importa si es un portaaviones o un buque? ¿qué importa el benévolo fuego que lo quema los tres minutos antes de su muerte? Benévolo porque no deja lugar a la ultima conciencia de me estoy muriendo plenamente.


Existe un mundo paralelo pero es horrible a nuestros parámetros: no tiene luz ni calor.

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