Que alguien que va en busca de su muerte no se sorprenda de la crueldad de la ejecución no es cosa nueva, el estúpido dubitativo sólo puede sorprenderse y realmente lo que lo sorprende es su muerte, la estupidez del orgullo llegada a eso.
Iba en misión kamikaze ¿qué importa si es un portaaviones o un buque? ¿qué importa el benévolo fuego que lo quema los tres minutos antes de su muerte? Benévolo porque no deja lugar a la ultima conciencia de me estoy muriendo plenamente.
Existe un mundo paralelo pero es horrible a nuestros parámetros: no tiene luz ni calor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario