martes, 2 de diciembre de 2008

Amor naranja

Era un ser totalmente sustituible, cualquiera en su lugar hubiese tenido el mismo recorrido como quien pone dos naranjas en un plano inclinado y ambas descienden y a nadie le importa cual llega antes o el camino que recorren, salvo tal vez, a un niño.
Pero el y no otro estuvo en el lugar donde encontró a ella, siempre llena de vida, siempre única e insustituible. Qué importaba ser cambiado en un par de meses entonces. No es falta sentirse único acompañado de un ser tan lumínico, porque uno es parte de aquella que es parte de nosotros. Luego aceptar nuestro camino de naranja cuesta abajo. No se resistirá él a su camino que no es destino, es lo que nos espera a todos, salvo a ella claro.
Solo unas horas extras para asegurarse de que no se vaya a hacer raspones mientras intentan meterla en un camino naranja.

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