En los libros sin terminar que leí solo una vez aparecía la estatua de la juventud, de la hermosura, de lo finito. ¿Acaso habría que dudar de su existencia? Los registros de las metafísicas sin predestinos son confusas. Muchos sugieren dejar entrar un dios para poner orden, pero lo único que haría es censurar mis búsquedas. ¿Pero como encontrar las sombras en la oscuridad sin una creencia? ¿Cómo confiar en las topografías letradas regularmente?
Cuando la luz del atardecer se violenta en un par de frases bien acomodadas, una silueta obstruye el sol y nos ciega en su sombra. ¿Será aquella? ¿la estatua de lo bello y mutante? Pero como las luces de la sala de cine, todo desvanecen. No se los nombres de estos objetos o procesos. No veo el fuego al medido día. Tal vez se esté representando la obra pero el telón está bajo. Tal vez sea un concierto pero llueve a cantaros. Tal vez toda la metafísica existente no se más que un par de buenas manos.
1 comentario:
Creo que tengo mucho para leer por aquí.
Cómo es que se puso tan verborrágico? (verbo-raje?)
Eh?
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