Entonces desde un lugar neutro uno elige entre una pelea de borrachos y un almuerzo de familia en un domingo por la tarde soleado. "A uno le piden que elija y le dan un calentador Primus, una banana, una rubia de costumbres elásticas... Para desconcierto de la población y del obispo local nos quedamos con la banana. "
Entonces uno no elige pero sí, hay una forma de elegir las cosas, uno no cree pero sí hay una forma de creer en las cosas que uno niega, protesta y hasta las que uno atenta a diario. Y sin embargo...
Uno elige invitar tal o cual chica, leer este o aquel libro, creer en esta o aquella concepción del alma o en ninguna que también es una. Pero luego uno comienza con actos subversivos en contra de esas elecciones, impone una vanguardia entre sus conservadurismos, revienta los platos de fideos que chorrean grasa ahora contra las paredes de edificios lejanos y se babean la boca hablando mal de nosotros entre ríos de salsa de tomate coagulada.
Luego tal vez se re-traicione, tesis, antítesis, síntesis. Pero antes de esto, hay que alargar todo lo que se pueda ese período, aunque se viva en constante guerra contra uno mismo, porque tal vez no seamos tan fuertes como para ganarnos.
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