Adios a las armas

Por qué ahora los vampiros toman café de 9 a 6.
Por qué ya no tengo donde poner lo hallado.
Por qué lo primero que escribí es que no sabía como iba a llenar esas 84 hojas
faltaba tan poco
ya tenía tantas historias contadas
ahí habían nacido 1 y 2 y era su patria
-nada de margaritas para los cuerdos que corren más que la policía-
Un universo se ha perdido por café, café para vampiros
Porque de todas las cosas que hay en una oficina, un anotador de 84 hojas sin tapas es el blanco predilecto del café. Lo fueron a buscar como se busca a todos los que quieren resistir a algo, a las hojas en blanco para impresora, a los anotadores para horarios y presupuestos, a las maquetas, a las cosas con tapa y en su lugar.

En adiós a las armas hemingway dice: Cuando los individuos se enfrentan con el mundo con tanto valor, el mundo sólo los puede vencer matándolos. Y, naturalmente, los mata. El mundo quiebra a los individuos y en la mayoría la fractura cicatriza, pero a los que no quieren dejarse doblegar, entonces a éstos el mundo los mata. Mata indistintamente a los muy buenos, a los muy dulces y a los muy valientes. Si uno no se encuentra entre éstos, también lo matarán, pero en este caso tardará más tiempo.

y así, despido a mi arma pequeña, arma portátil para defenderse de los vampiros chupacafe. Una elegía para un anotador de 84 hojas, el único compañero que un lapicera puede tener. La muerte que nos llama a silencio.