viernes, 3 de enero de 2014

Cansa

Para empezar, pido disculpas por estos bloques de texto que son casi práctica y espero que no canse mucho a quien entra acá a leer que ya son pocos. Es un descanso para mí, ¿de qué me canso?

Cortázar decía en Rayuela, pero esto lo googlié porque tengo mala memoria:

Cómo cansa ser todo el tiempo uno mismo. Irremisiblemente. No las veré nunca más, está escrito. 
Más detalladamente Girondo nos dice que su cansancio es el mismo:

Cansado.
¡Sí!
Cansado
de usar un solo bazo,
dos labios,
veinte dedos,
no sé cuántas palabras,
no sé cuántos recuerdos,
grisáceos,
fragmentarios. 
Cansado,
muy cansado
de este frío esqueleto,
tan púdico,
tan casto,
que cuando se desnude
no sabré si es el mismo
que usé mientras vivía. 
Cansado.
¡Sí!
Cansado
por carecer de antenas,
de un ojo en cada omóplato
y de una cola auténtica,
alegre,
desatada,
y no este rabo hipócrita,
degenerado,
enano. 
Cansado,
sobre todo,
de estar siempre conmigo,
de hallarme cada día,
cuando termina el sueño,
allí, donde me encuentre,
con las mismas narices
y con las mismas piernas;
como si no deseara
esperar la rompiente con un cutis de playa,
ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,
acariciar la tierra con un vientre de oruga,
y vivir, unos meses, adentro de una piedra.

Borges, que también se debe haber cansado mucho, escribió la Utopía de un hombre que está cansado, cuento. Ahí dice cosas como:

Las imágenes y la letra impresa eran más reales que las cosas. Sólo lo publicado era verdadero. Esse est percipi (ser es ser retratado) era el principio, el medio y el fin de nuestro singular concepto del mundo.
y
- Tampoco hay ciudades. A juzgar por las ruinas de Bahía Blanca, que tuve la curiosidad de explorar, no se ha perdido mucho.
volviendo a lo primero dice después:

- Seguramente. Ya no nos quedan más que citas. La lengua es un sistema de citas.

Entonces Pizarnik, porque viene al caso:

Cansada del estruendo mágico de las vocales
Cansada de inquirir con los ojos elevados
Cansada de la espera del yo de paso
Cansada de aquel amor que no sucedió
Cansada de mis pies que sólo saben caminar
Cansada de la insidiosa fuga de preguntas
Cansada de dormir y de no poder mirarme
Cansada de abrir la boca y beber el viento
Cansada de sostener las mismas vísceras
Cansada del mar indiferente a mis angustias
¡Cansada de Dios! ¡Cansada de Dios!
Cansada por fin de las muertes de turno
a la espera de la hermana mayor
la otra la gran muerte
dulce morada para tanto cansancio 

Entonces, Cortázar le escribe, está mal leer la correspondencia y me parece de mierdas, pero por una vez:


Mi querida, tu carta de julio me llega en septiembre, espero que entre tanto estás ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales, aunque por motivos diferentes; la mía es harto banal, un accidente de auto que estuvo a punto de. Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así, yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza –y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte. Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder era el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas, ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llámale la luz o César Vallejo o el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra. 
Escribíme, coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te bajaría el slip (¿rosa o verde?) para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada chicotazo.
 

Julio 

No sé dónde llegué, ahora pienso que la palabra "descansar" es un negar el cansancio y me gustaría más que fuese al revés que el cansancio fuera la negativa, que fuera algo como desrelajado, despilado, desenergizado, desvivido.

Cansar es un verbo transitivo, o sea que para usarlo se debe cansar algo, Yo canso a los lectores, así. En cambio descansar es intransitivo, Yo descanso (aunque puede ser transitivo si yo pongo "yo descanso a los lectores" lo que sería alivianarles el trabajo de leerme). O sea, el cansancio es por hechos particulares y se descansa en general. O sea, aunque esto es discutible, el cansancio está mucho más racionalizado que el descanso.

Claro, no quería decir descanso, porque parece deshacer algo, y mejor es descansar haciendo y esto lo digo para terminar con lo que dijo Cortázar: un pulso sobre la tierra, alegre o triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria.

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